En lugar de limitarse a desenterrar especimenes "dignos de un trofeo", tales
como canguros gigantes, los investigadores de la Universidad de Tecnología de
Queensland (QUT) y del Museo de Queensland han efectuado el primer análisis
sistemático de un emplazamiento en la región de Darling Downs, rica en fósiles,
situada al sudeste de Queensland. Han comprobado que las especies más pequeñas,
dependientes de un ambiente más húmedo, también
desaparecieron.
Analizando sistemáticamente una sección de 10 metros de
profundidad del lecho de un arroyo, el equipo descubrió 44 especies, desde
caracoles de tierra, ranas, lagartos y mamíferos pequeños, hasta wombats
(conocidos también como Osos Australianos) y canguros gigantes, incluyendo
muchas especies anteriormente desconocidas en el registro fósil de Darling
Downs.
Los resultados sugieren que la extinción de la megafauna de
Darling Downs fue causada por un cambio masivo del clima más que por la llegada
de humanos que cazaran demasiados animales o destruyeran hábitats a través de la
quema de masa forestal. Los restos, que fueron desenterrados con ayuda del
cazador de fósiles aficionado Ian Sobbe, son de particular importancia porque
los yacimientos paleontológicos de Darling Downs están entre los depósitos
australianos de megafauna más jóvenes, y se encuadran por tanto en el meollo de
aquella extinción.
El hecho de que los científicos puedan documentar
cambios ambientales pasados y su influencia en la extinción de especies, puede
tener valor predictivo en la estimación de los efectos de posibles cambios
climáticos futuros y sus impactos en las especies modernas.
La megafauna
vagó por el globo en la época del Pleistoceno, hace entre 1,8 millones y 10.000
años. En el hemisferio norte, especies como el mamut lanudo y el tigre dientes
de sable dominaron el entorno, mientras que en Australia -que evolucionó durante
40 millones de años en aislamiento- gobernaron los marsupiales gigantes. Teorías
actuales sugieren que hace entre 50.000 y 20.000 años, la aridez creciente en
Australia llevó a condiciones más frías y secas que disminuyeron los hábitats
boscosos y extendieron los desiertos y prados, pero los investigadores no tienen
claro todavía qué impacto tuvo esto en la fauna.
Darling Downs contiene
algunos de los más extensos y significativos depósitos de megafauna del
Pleistoceno en Australia, pero debido a que ha sido excavado desde la década de
1840, se había asumido que el registro paleoambiental estaba bien establecido.
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